Federación de Mujeres Cubanas

sábado, 27 de agosto de 2016

Inspiración en Fidel para una obra de amor

Por Maira Castro Lora

Las Tunas.- Casi cinco décadas pasaron cuando se acogió a la jubilación, pero en el  dos mil el Comandante en Jefe Fidel hizo el llamado a los educadores a reincorporarse a las aulas, ante la necesidad de cobertura docente.
Ahora suma otros 16 años a su trayectoria, pero con la relevancia de  cumplir ya 80 años este 22 de julio, fecha de su natalicio en la provincia de Matanzas, lejana en el tiempo para quien ha devenido una tunera más.
Y es que para esta profesión de amor, María Elena Díaz Suárez ha tenido la inspiración en el líder histórico, a quien felicita por su cumpleaños 90. De su inclinación hacia el magisterio solo la apartó temporalmente el cierre de la escuela del Hogar donde estudiaba, durante la etapa insurreccional contra la tiranía batistiana.
A partir de entonces incursionó 12 años en la enfermería, hasta que al triunfar la Revolución llegó el primer llamado de Fidel y retomó a su formación pedagógica, incluso con dos años compartiendo labores muy sensibles; como define ella, la enfermería que cura el cuerpo, y la educación que moldea el alma.
«Son dos profesiones de vida, me siento orgullosa de haber contribuido con las dos. Tuve casos de niños nacidos en la clínica Loreto que atendí a sus madres cuando nacieron, incluso algunos que les abrí hasta las orejas, y luego los encuentro en un aula de quinto grado».
Para ella el trabajo con niños y jóvenes es algo que la llena diariamente porque son los más agradecidos, y tiene un valor extraordinario el hecho de poder contribuir con el esfuerzo y dedicación a su formación futura.
Tiene otras satisfacciones al haber contribuido a la preparación de muchos docentes noveles, y de trasmitir la ética pedagógica, durante el ejercicio de cargos como directora alrededor de 20 años en el centro escolar «Mártires del 28 de diciembre, y antes en la labor sindical».
A esta consagrada pedagoga la honran reconocimientos como la Orden Frank País de Primer y Segundo grado, el Premio del Ministro, la medalla Hazaña Laboral, la de Alfabetización y la José Tey, así como la Distinción por la Educación Cubana, las más alta del sector  Educacional.
Con ocho décadas a cuestas no se concibe fuera de la escuela. «A veces me preguntan hasta cuándo, y digo es una pregunta que no la puedo contestar, mientras me sienta con fuerza, aunque ya el andar es lento la memoria todavía da».
«Pienso que aún podemos dar un poquito más, ya sea reincorporada o desde el momento en que no podamos seguir por la causa que sea, pero sí, el maestro siempre puede aportar hasta los últimos días».
El mensaje de agradecimiento especial es para la Filial Provincial de la Asociación de Pedagogos de Cuba, a las tres hijas –una de ellas adoptiva- por el apoyo que le han dado para poder continuar, a los compañeros de trabajo,  y  «a mi escuela, como digo mi hogar».

Bertha sueña con ser Heroína

Por Maira Castro Lora
Las Tunas.- La Orden Lázaro Peña de Primer Grado recibida este año representa uno de los motivos de orgullo para la educadora Bertha Luz Rodríguez López, secretaria del Buró sindical y Jefa de cátedra de Formación y Educación del Deporte, en la Escuela de Iniciación Deportiva Carlos Miguel Leyva González, de la provincia de Las Tunas.
Desde hace 46 años dirige el movimiento obrero en su escuela con los resultados que avalan otros reconocimientos como los 16 años de Vanguardia Nacional y cuatro de Educadora Ejemplar, y por liderar en el colectivo la batalla por el regreso de Los Cinco y los premios del Fórum de ciencia y técnica en distintas categorías y eventos a los diferentes niveles.
Esta profesora graduada en la asignatura de Biología transformó su vocación hacia la medicina por la tiza y el borrador en las aulas, donde es ejemplo de consagración e iniciará en el nuevo curso escolar el año 49 de trabajo, con 68 años de edad, y aspira en dos más cumplir su sueño de convertirse en Heroína del Trabajo.
«Imagínese –expresa- que el amor tan grande por mi profesión lo reafirma el llegar a un hospital o cualquier otro lugar y encontrar a quienes fueron mis alumnos, y con aquel respeto que me dicen profesora, todavía no he encontrado ninguno que me diga Bertha Luz, sino profe, profe; ¡qué alegría y satisfacción para mi poder seguir enseñando a mis niños, pero además formarlos integralmente!».
La proximidad del aniversario 56 de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) tiene para esta activa mujer la significación de cuánto ha podido aportar desde el bloque 39 Celia Sánchez Manduley como su Secretaria desde hace más de 40 años.
«Y a veces le digo a las compañeras –cuenta- que ya tiene que llegar el relevo y me dicen qué va usted todavía tiene que mantenerse, y yo con tremendo orgullo hago esa tarea y con amor y dedicación porque soy mujer, federada».
«Era una niña cuando llegó la hora de formar parte de la Federación, -aún no tenía 14 años- mi mamá siempre quería tenerme al lado suyo, yo era la más chiquita pero tenía a mi hermana mayor y las dos ingresamos. Yo era demasiado viva, así me decía Deisi Peña cuando empecé a alfabetizar; a mi me tocó ser de esa forma, además así tan pequeña amaba la Revolución y quería estar en las organizaciones de masas».
De aquella etapa fundacional relata: «Nunca se me olvida que mi mamá a veces tenía que montarse en un camión para ir a recoger algodón porque la Federación tenía que hacerlo y yo iba con ella, y hasta de noche me iba a formar filas de caña porque había compañeras con tareas en la limpia y la siembra, y eso lo hacíamos tanto por la FMC como por los Comités de Defensa de la Revolución».
«Íbamos a otros trabajos voluntarios y tareas de choque, y yo digo si todavía existieran esas tareas qué maravilla porque siempre trato en el lugar que estoy rescatarlo con limpieza, engalanando, tratando de organizar para lograr lo que queremos, y cuando hay una federada mía en el hospital, sobre todo joven, vemos al médico y como se admira le explicamos que atendemos a todas las mujeres que se encuentran en estado de gestación o enfermas».
«Nunca pasamos por alto -enfatiza Bertha- las fechas del ocho de marzo, 23 de agosto, ni actos políticos en homenaje a la Heroína de la Sierra Celia Sánchez Manduley por identificar su nombre a nuestro bloque, todo lo cual ayuda mucho a aglutinar a las federadas».

Diana y su amor por el trabajo en la Federación de Mujeres Cubanas

Por Edelmis Cruz Rodríguez


Las Tunas.- Las jornadas de Diana Vega Castell se comparten cada día entre las labores domésticas y su quehacer en una comunidad, de esta ciudad.
Ella es un ejemplo de mujer y dirigente destacada en el trabajo de una organización de base de la Federación de Mujeres Cubanas, FMC.
Después de 30 años de servicios renunció a su ocupación en una entidad estatal y se acogió en el 2007 a los beneficios de la Ley, que le otorga el derecho a permanecer a tiempo completo en su casa, recibiendo el salario íntegro, para cuidar a su hijo Benito de 37 años de edad, quien vive con un retraso mental severo.
Sin embargo esto no representó nunca un obstáculo para apoyar las tareas en la comunidad, por el contrario busca energías, fuerza y voluntad para dedicarle tiempo a esta organización que cumple 56 años de creada.
Esta incansable mujer, que lleva en sus venas el trabajo femenino, se desempeña desde hace varios años como secretaria del Bloque 31 de la FMC, en el reparto Santo Domingo, en esta ciudad cabecera.

Cómo te integras a la FMC?

«Me incorporé a través de mi mamá y mi abuela que eran fundadoras, a donde quiera que iban me llevaban, me incliné hacia esa labor, sin tener edad realizaba las tareas conjuntamente con ellas, me fue gustando y seguí hasta que me incorporé a los 14 años.
«Primero comencé como secretaria de una delegación y luego en el 2009 pasé a trabajar como dirigente del bloque, en el cual me mantengo con buenos resultados en la base».

Qué actividades realizan en la comunidad?

«Múltiples actividades comunitarias realizamos, celebramos los Días de la Mujer, de las Madres, de los niños y de la FMC, se hacen intercambios de experiencias, se entregan reconocimientos a las más destacadas.
«Tenemos un movimiento de mujeres creadoras, hacemos labor ideológica con las jóvenes para incorporarlas al estudio o al trabajo, con las mujeres para que se realicen exámenes de salud y con los niños para actualizar su vacunación, por todo esto y otras acciones la organización que dirijo se ubica entre las mejores, lo que me llena de mucha satisfacción y alegría porque veo que mi esfuerzo no resulta en vano».
A cualquier hora del día o de la noche se puede encontrar a Diana, acompañada casi siempre por su hijo, recorriendo alguna de las cinco delegaciones de la FMC que dirige y que integran más de 270 federadas, lo cual disfruta mucho.

Qué representa para ti la FMC?

«La FMC es casi todo, siento un gran amor por ella, me apasiona trabajar para esta organización que nos otorgó los derechos que merecemos las mujeres, el hecho de disfrutar de esta igualdad significa mucho, especialmente para mí, porque qué sería de mi vida en otros tiempos si no hubiera triunfado la Revolución, una mujer con un hijo discapacitado.
«Sin embargo gracias a la organización y al luminoso primero de enero mi hijo pudo asistir a una escuela especial y luego yo cuidarlo en la casa sin afectarme los ingresos personales, me siento orgullosa de ello porque hoy los dos disfrutamos de iguales derechos».
El cuidado esmerado a su hijo no le impide cumplir con las tareas de la organización femenina, pues con los años ha sabido conjugar su atención con la labor comunitaria. Cómo logras ese trabajo?
«Yo a casi todos los lugares llevo a mi hijo porque es parte de mí, recuerdo que en un pleno de la organización en la provincia, estaba Teresa Amarelle, secretaria general de la organización, quien me entregó un reconocimiento y me dijo que ya ella me conocía porque en otros encuentros me había visto con mi hijo, eso fue una gran satisfacción para mí».
A pesar de las limitaciones de su hijo, esta mujer se las ingenia para atenderlo, visitar las delegaciones que dirige  y  cumplir con las tareas sociales, y es que precisamente todo ello le ha posibilitado ser ejemplo entre las destacadas y  su organización de base ser una de las mejores del territorio.
Por su entrega, fidelidad y constancia en la Federación de Mujeres Cubanas, Diana Vega Castell, recibió la Distinción 23 de agosto, además de otros premios que reconocen su protagonismo como dirigente de una organización de base, en esta ciudad.