La
igualdad de género constituye uno de los objetivos que alrededor del
mundo promueve la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura, Unesco
LAS TUNAS.—La igualdad de género constituye uno de los objetivos que
alrededor del mundo promueve la Organización de Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco. Con ese fin, son disímiles
las estrategias trazadas en función de la equidad entre hombres y
mujeres, y el reconocimiento del papel de las féminas en el avance de
toda sociedad.
Los medios de comunicación, sea cual sea su naturaleza, pueden desempeñar un papel indispensable en materia de visibilizar las problemáticas que hoy afectan a mujeres y niñas en todo el planeta. Sin embargo, no siempre existe una conciencia plena de esos fenómenos entre los profesionales de la palabra y, en otros casos, el trabajo se realiza de forma empírica, sin un bagaje teórico y un conocimiento pleno de cómo tratar el tema.
Es por ello que la Unesco se propuso la elaboración de un grupo de Indicadores de Género para los medios de comunicación que permitan evaluar en la radio, la televisión, la prensa impresa o digital, el tratamiento a esta temática.
Aunque esos indicadores se han aplicado ya en otras naciones, la experiencia piloto cubana tiene por sede a esta oriental provincia. El proyecto, bajo el nombre de Las Tunas: mujer y desarrollo en el contenido de los medios locales, comenzó con un taller metodológico en el que participaron periodistas y directivos de las cinco radios municipales del territorio.
Para conocer las interioridades del proyecto y la esencia de la aplicación de estos indicadores, Granma conversó con Elena Nápoles Rodríguez, Oficial del programa de comunicación e información de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe, de la Unesco.
—¿Cuál fue el camino que llevó a la elaboración de estos indicadores?
—Lo primero que debemos señalar es que estos indicadores son relativamente jóvenes. Su estructuración partió de los Indicadores de Desarrollo Mediático, donde se incluía precisamente el género. Por lo tanto, pueden considerarse como un esfuerzo global, que ha sido acompañado por el Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación de la Unesco. En su elaboración participaron expertos de diferentes naciones y el resultado fue este grupo de indicadores, que proponen una ruta concreta para estudiar la sensibilidad al género de los medios de comunicación en dos niveles: los procedimientos operacionales y el contenido.
“Se han venido aplicando en diferentes países y la intención es estimular que se sumen cada vez más naciones a este estudio, pues abre las puertas a un análisis profundo sobre cómo los medios están transversalizando la perspectiva de género”.
—Usted explicaba que ya se han aplicado en otros países, sin embargo la experiencia cubana comienza ahora, ¿por qué se escogen para este primer estudio las radios locales de Las Tunas?
—Los indicadores de género han sido diseñados para utilizarse en cualquier medio y a diferentes niveles (regional, nacional y local). La Unesco tiene una amplia tradición en el apoyo a la comunicación a nivel global, y en ese trabajo hemos transitado un camino importante con los medios locales por su relevancia en materia de desarrollo sostenible. Entonces, esta es la oportunidad de llevar a cabo por primera vez en Cuba un estudio con estas radios, cuya influencia en el entorno donde se encuentran ubicadas es notable.
“Escogimos a Las Tunas porque tiene varios elementos a su favor. Primero, una concepción más clara de la necesidad de transversalizar la perspectiva de género; segundo, una creciente presencia de proyectos y programas de desarrollo con caminos que necesitan de los medios de comunicación, pero lo más importante, es que existe un grupo de profesionales en estas emisoras que se han superado en materia de género.
“Ya no se puede hablar de un modelo de desarrollo que no tenga en cuenta la contribución de la mujer y por lo tanto, es imprescindible que esa contribución sea reflejada de forma oportuna. Vamos a las radios de Las Tunas como una experiencia piloto en la implementación de estos indicadores en el país”.
—¿Qué etapas comprende el proyecto?
—Partimos del taller metodológico inicial porque esto es una investigación, y aunque ya tengamos un conjunto de indicadores preestablecidos, hay que saber cuáles son los puntos de partida de la radio en la provincia, cuales son las competencias profesionales, así como fortalezas y debilidades.
“La idea es que el proyecto ayude a trazar la ruta crítica de trabajo y un cronograma elemental. No puede faltar en ese proceso la revisión de la literatura, hay que diseñar instrumentos de investigación concretos, que permitan dar respuesta a estos indicadores y hay que adaptarlos a la provincia. Otra parte importante es el trabajo empírico, recolectar la información, evaluarla y presentar un informe que integre recomendaciones concretas.
“Una vez aprobado ese informe, haremos también un taller de presentación de los resultados. La aspiración es que ya en ese momento participen no solo los periodistas y directivos de la radio, sino sectores de toda la provincia para que conozcan hasta dónde se ha llegado y ofrezcan su propia visión. Esas observaciones pueden añadirse al documento, cuya versión final será enviada a nuestra sede en París”.
—¿Pudiera esta investigación piloto generar otras similares en el resto de las provincias y en otros medios cubanos?
—Eso sería lo ideal, sobre todo porque hay un creciente nivel de interés de investigadores, profesionales y hasta de estudiantes en temas de género. Yo creo que nosotros podemos ayudar desde esta experiencia a mostrar cómo se puede investigar el tema, cómo la herramienta puede ser útil y cómo se puede adaptar su nivel de flexibilidad para que se utilice en otros medios y provincias. Pero, sobre todo, para que repercuta en el diseño de mejores políticas, porque en este sentido Cuba tiene un camino recorrido, la idea es mostrar ese camino y al mismo tiempo, proponer un salto positivo en una sociedad que se ha convertido en pilar de la igualdad de género y del empoderamiento de las mujeres.
—¿Considera usted que este tipo de estudios en nuestro país pudieran trazar la ruta hacia una estrategia específica para el tratamiento mediático de los temas de género?
—Puede dar lugar a eso y a mucho más. Por ejemplo, permitiría que lo que está normado encuentre ya un cauce específicamente en el interior de las instituciones. Diseñar mejores políticas quiere decir darles mayor flexibilidad para el trabajo de mujeres y hombres, hacer estrategias de comunicación y sensibilización, y muchas otras perspectivas a nivel de procedimiento.
“A nivel de contenido de los medios, contaríamos con directrices para abordar mejor estos temas, para visibilizar todas las aristas del fenómeno. Todo va a depender de la evidencia encontrada, de la capacidad de los investigadores de imaginar un escenario, donde se lleve a un nivel superior el trabajo en función de la igualdad de género”.
—Nuestro país tiene importantes potencialidades en materia de estudios destinados a promover la igualdad entre hombre y mujeres, ¿cómo pueden ser estas aprovechadas en función de los objetivos de la Unesco?
—Se ha trabajado mucho con expertos en otras naciones, pero nosotros contamos también con personas que pueden considerarse autoridades en la materia, estoy pensando, por ejemplo, en la doctora Isabel Moya, que nos podrá brindar un asesoramiento invaluable. Específicamente en Las Tunas, se ha conformado un equipo grande de investigación, donde los y las periodistas tienen un nivel de formación muy alto. Eso va a ser decisivo, porque no son personas que van a aprender ahora sobre género, sino que van a poder hacerle preguntas a los indicadores, más importantes, inteligentes y profundas. La Unesco propone la herramienta, pero solo la investigación mostrará la realidad que viven hoy nuestros medios, a la hora de reflejar a la mujer común que lucha cada día por salir adelante.
Los medios de comunicación, sea cual sea su naturaleza, pueden desempeñar un papel indispensable en materia de visibilizar las problemáticas que hoy afectan a mujeres y niñas en todo el planeta. Sin embargo, no siempre existe una conciencia plena de esos fenómenos entre los profesionales de la palabra y, en otros casos, el trabajo se realiza de forma empírica, sin un bagaje teórico y un conocimiento pleno de cómo tratar el tema.
Es por ello que la Unesco se propuso la elaboración de un grupo de Indicadores de Género para los medios de comunicación que permitan evaluar en la radio, la televisión, la prensa impresa o digital, el tratamiento a esta temática.
Aunque esos indicadores se han aplicado ya en otras naciones, la experiencia piloto cubana tiene por sede a esta oriental provincia. El proyecto, bajo el nombre de Las Tunas: mujer y desarrollo en el contenido de los medios locales, comenzó con un taller metodológico en el que participaron periodistas y directivos de las cinco radios municipales del territorio.
Para conocer las interioridades del proyecto y la esencia de la aplicación de estos indicadores, Granma conversó con Elena Nápoles Rodríguez, Oficial del programa de comunicación e información de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe, de la Unesco.
—¿Cuál fue el camino que llevó a la elaboración de estos indicadores?
—Lo primero que debemos señalar es que estos indicadores son relativamente jóvenes. Su estructuración partió de los Indicadores de Desarrollo Mediático, donde se incluía precisamente el género. Por lo tanto, pueden considerarse como un esfuerzo global, que ha sido acompañado por el Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación de la Unesco. En su elaboración participaron expertos de diferentes naciones y el resultado fue este grupo de indicadores, que proponen una ruta concreta para estudiar la sensibilidad al género de los medios de comunicación en dos niveles: los procedimientos operacionales y el contenido.
“Se han venido aplicando en diferentes países y la intención es estimular que se sumen cada vez más naciones a este estudio, pues abre las puertas a un análisis profundo sobre cómo los medios están transversalizando la perspectiva de género”.
—Usted explicaba que ya se han aplicado en otros países, sin embargo la experiencia cubana comienza ahora, ¿por qué se escogen para este primer estudio las radios locales de Las Tunas?
—Los indicadores de género han sido diseñados para utilizarse en cualquier medio y a diferentes niveles (regional, nacional y local). La Unesco tiene una amplia tradición en el apoyo a la comunicación a nivel global, y en ese trabajo hemos transitado un camino importante con los medios locales por su relevancia en materia de desarrollo sostenible. Entonces, esta es la oportunidad de llevar a cabo por primera vez en Cuba un estudio con estas radios, cuya influencia en el entorno donde se encuentran ubicadas es notable.
“Escogimos a Las Tunas porque tiene varios elementos a su favor. Primero, una concepción más clara de la necesidad de transversalizar la perspectiva de género; segundo, una creciente presencia de proyectos y programas de desarrollo con caminos que necesitan de los medios de comunicación, pero lo más importante, es que existe un grupo de profesionales en estas emisoras que se han superado en materia de género.
“Ya no se puede hablar de un modelo de desarrollo que no tenga en cuenta la contribución de la mujer y por lo tanto, es imprescindible que esa contribución sea reflejada de forma oportuna. Vamos a las radios de Las Tunas como una experiencia piloto en la implementación de estos indicadores en el país”.
—¿Qué etapas comprende el proyecto?
—Partimos del taller metodológico inicial porque esto es una investigación, y aunque ya tengamos un conjunto de indicadores preestablecidos, hay que saber cuáles son los puntos de partida de la radio en la provincia, cuales son las competencias profesionales, así como fortalezas y debilidades.
“La idea es que el proyecto ayude a trazar la ruta crítica de trabajo y un cronograma elemental. No puede faltar en ese proceso la revisión de la literatura, hay que diseñar instrumentos de investigación concretos, que permitan dar respuesta a estos indicadores y hay que adaptarlos a la provincia. Otra parte importante es el trabajo empírico, recolectar la información, evaluarla y presentar un informe que integre recomendaciones concretas.
“Una vez aprobado ese informe, haremos también un taller de presentación de los resultados. La aspiración es que ya en ese momento participen no solo los periodistas y directivos de la radio, sino sectores de toda la provincia para que conozcan hasta dónde se ha llegado y ofrezcan su propia visión. Esas observaciones pueden añadirse al documento, cuya versión final será enviada a nuestra sede en París”.
—¿Pudiera esta investigación piloto generar otras similares en el resto de las provincias y en otros medios cubanos?
—Eso sería lo ideal, sobre todo porque hay un creciente nivel de interés de investigadores, profesionales y hasta de estudiantes en temas de género. Yo creo que nosotros podemos ayudar desde esta experiencia a mostrar cómo se puede investigar el tema, cómo la herramienta puede ser útil y cómo se puede adaptar su nivel de flexibilidad para que se utilice en otros medios y provincias. Pero, sobre todo, para que repercuta en el diseño de mejores políticas, porque en este sentido Cuba tiene un camino recorrido, la idea es mostrar ese camino y al mismo tiempo, proponer un salto positivo en una sociedad que se ha convertido en pilar de la igualdad de género y del empoderamiento de las mujeres.
—¿Considera usted que este tipo de estudios en nuestro país pudieran trazar la ruta hacia una estrategia específica para el tratamiento mediático de los temas de género?
—Puede dar lugar a eso y a mucho más. Por ejemplo, permitiría que lo que está normado encuentre ya un cauce específicamente en el interior de las instituciones. Diseñar mejores políticas quiere decir darles mayor flexibilidad para el trabajo de mujeres y hombres, hacer estrategias de comunicación y sensibilización, y muchas otras perspectivas a nivel de procedimiento.
“A nivel de contenido de los medios, contaríamos con directrices para abordar mejor estos temas, para visibilizar todas las aristas del fenómeno. Todo va a depender de la evidencia encontrada, de la capacidad de los investigadores de imaginar un escenario, donde se lleve a un nivel superior el trabajo en función de la igualdad de género”.
—Nuestro país tiene importantes potencialidades en materia de estudios destinados a promover la igualdad entre hombre y mujeres, ¿cómo pueden ser estas aprovechadas en función de los objetivos de la Unesco?
—Se ha trabajado mucho con expertos en otras naciones, pero nosotros contamos también con personas que pueden considerarse autoridades en la materia, estoy pensando, por ejemplo, en la doctora Isabel Moya, que nos podrá brindar un asesoramiento invaluable. Específicamente en Las Tunas, se ha conformado un equipo grande de investigación, donde los y las periodistas tienen un nivel de formación muy alto. Eso va a ser decisivo, porque no son personas que van a aprender ahora sobre género, sino que van a poder hacerle preguntas a los indicadores, más importantes, inteligentes y profundas. La Unesco propone la herramienta, pero solo la investigación mostrará la realidad que viven hoy nuestros medios, a la hora de reflejar a la mujer común que lucha cada día por salir adelante.
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