Federación de Mujeres Cubanas

lunes, 23 de agosto de 2010

PETRA UNA MUJER DE LEY

Por: Rosa María Ramírez Reyes.


Siempre quise escribir sobre ella, de sus andanzas en tiempos mozos por cañaverales y la historia que tejió con sus manos hasta convertirla en la reina de la mocha cubana allá por los años 70, cuando apenas era yo una niña, mas, ahora lo hago como digno homenaje a las féminas puertopadrenses en ocasión del aniversario 50 de la Federación de Mujeres Cubanas, FMC, el próximo 23 de agosto.

Ella es un encanto de persona y atesora tantas anécdotas que resulta difícil resumirlas en estas líneas dibujadas al compás de su peculiar manera de sonreír. En Puerto Padre mucho se habla todavía y entre los azucareros es paradigma de machetera.

Petra Almaguer Rojas cuenta en su haber con el título de heroína de zafras azucareras y el privilegio de estar al lado de Fidel Castro y Vilma Espín en tribunas y actos conmemorativos, de recibir valiosos estímulos por el desempeño sistemático en cada contienda del coloso Antonio Guiteras.

Cuando siente pitar al ingenio suele recordar cómo apilaba las cañas de prisa para que el gigante las moliera bien pronto.

Para no pocos en el país ella ha sido motivo de inspiración, lo que la hace completamente feliz; hasta una radionovela, Rosalinda, fue creada por aquel entonces y en los periódicos y noticieros publicaron de las arrobas de cañas cortadas en las zonas de San Miguel donde laboraba con mi esposo y algunos de mis hijos varones, revela Petra a la altura de sus 8 décadas con similar energía, y las huellas invariables del tiempo vivido.

Ahora dedica largas horas a los trajines del hogar, pero si viene algún machetero o trabajador del central a conocerla posterga sus labores y la plática se hace interminable porque siempre tiene algo nuevo que decir sobre el corte manual; también tiene tiempo para cumplir con las tareas de su delegación de la FMC y participar en cuanta actividad se realice en el barrio.

Mira periodista, me dice esta carismática puertopadrense que no oculta su acento campesino ni la humildad de siempre, a mi ha gustado cumplir con todo, y decir las cosas así como son, al pan, pan y al vino vino, ah y lo mal hecho ahí mismo lo digo, no tengo miedo alguno, fijese que cuando desyerbaba venían a revisar las carreras y la única que no viraban era a mi porque yo hacía las cosas como eran, a la hora de cortar, yo hacía mis bultos y cuando los comparaban con los demás los mios sobresalían y es que no perdía tiempo en la habladera, si iba a trabajar era a eso y nada más.

Sus ojos azules revelan una mirada transparente, sus callosas manos dicen de su intenso hacer con la mocha y la azada, y sus palabras tiernas y firmes son la fotografía fiel de que es Petra una mujer de ley.

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