Ayer no pude escribirte ni una línea. Sentía una enorme tristeza al recordarte y palpar tu presencia porque a la vez sabía que no estabas con esa fuerza enorme de decir que eres Chávez. Hoy me inspiro para escribirte unas líneas a ti, el mejor de nuestros amigos, el irrepetible discípulo de Fidel porque cada vez que América hace un acto de firmeza y unidad ahí estás, siguiendo a Bolívar y a Martí en su andar por nuestra Patria grande.
A ti que supiste robar millones de corazones en el mundo, incluido el mio, te recordamos a cada instante porque tu voz es la voz de los hombres de buena voluntad de esta tierra.
martes, 29 de julio de 2014
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