Federación de Mujeres Cubanas

sábado, 31 de enero de 2015

Prevención del cáncer: un camino de sólo 10 pasos



Estos 10 pasos ofrecen el camino de la prevención del cáncer
1. RESTRICCIÓN CALÓRICA EN LOS HÁBITOS NUTRICIONALES

Hace más de cien años diversos autores consideraron los malos hábitos dietéticos como factor de riesgo para los procesos tumorales. Hoy existen evidencias científicas que sugieren un conjunto de consejos útiles para lograr prevención con buenos hábitos alimentarios.

La dieta variada y que cumpla con las recomendaciones de vitaminas, minerales, proteínas, grasas e hidratos de carbono garantiza salud y longevidad si además se combina con una actividad física moderada y sistemática.

Una dieta hipercalórica puede provocar sobrepeso y obesidad. Aquella persona con un Índice de Masa Corporal (IMC) entre 25 y 30 se considera con sobrepeso. Es obesa cuando el IMC sobrepasa el valor de 30. El cáncer de cuello de útero, el de mama en mujeres postmenopáusicas y el de riñón se encuentran relacionados con la obesidad.

Evitar la obesidad desde edades tempranas. En la infancia la obesidad produce un desarrollo precoz e incompleto de los órganos reproductores, antesala del cáncer de los órganos reproductores.

Disminuir la grasa animal en la dieta. Ella se encuentra relacionada con alta incidencia de cáncer, pues incrementa el número de bacterias anaeróbicas en las vías digestivas asociadas con la producción de compuestos cancerígenos. Las grasas de origen animal estimulan además la producción de ácidos biliares que se mezclan con las heces y viajan al colon donde son convertidos en compuestos carcinogénicos por las bacterias de la flora intestinal. Pueden además provocar un desequilibrio hormonal y afectar a células relacionadas.

Cuidar la salud hormonal. Es la clave contra el cáncer de mama, ovario, útero, próstata y testículo. Las mujeres sufren mucho más de cáncer en el sistema reproductor que los hombres. Sin embargo, el correcto funcionamiento hormonal podría acabar con 95 por ciento de todos. La salud hormonal comienza en la infancia. La mayoría de las toxinas responsables de la degeneración de tejidos reproductores como mamas, ovarios y útero en la mujer y la próstata en el hombre se acumulan en los tejidos grasos.

Regular la ingestión de proteínas de origen animal. Además de contribuir a elevar los niveles de colesterol, ellas están contaminadas con pesticidas, herbicidas, fármacos y sustancias tóxicas propias del entorno agrario que se depositan en los órganos reproductores y generan tumores en la pubertad.

En cambio alimentos que contienen fitoestrógenos como la soja, leguminosas, frutos oleaginosos, y los cereales en general, son fuentes de las llamadas isoflavonas que ayudan a regular el balance hormonal en la mujer y a prevenir el cáncer de mama, además de tener un gran poder antioxidante.

Realizar ejercicio físico de forma sistemática. Contribuye a prevenir el cáncer de colon, además de ayudar a evitar el sobrepeso y la obesidad. La actividad física recomendada consiste en caminar a paso ligero (6 km/h) tres veces por semana como mínimo, o realizar ejercicios aeróbicos al menos 20 minutos diarios. Existe el mito que realizar trajines domésticos o andar agitado de forma cotidiana es una forma de realizar actividad física. Sin embargo no es así. Estas actividades pueden originar cansancio y agotamiento, en lugar de estar concentrado y revitalizado como cuando se vive con una actividad física sistemática.

2. MANTENER CONSUMO ELEVADO DE FRUTAS Y VERDURAS FRESCAS: de hoja verde y vegetales de colores verdes y rojos

Son ricos en sustancias antioxidantes como los carotenos. Recomendación: Ingerir 2 ó 3 piezas de fruta y al menos una buena ensalada diarias, equivalente a una ingestión entre 400 y 800 gramos por día.

Entre los cánceres más importantes que previenen este tipo de alimentos se pueden citar los de cavidad oral y faringe, esófago, pulmón, estómago y colon.
3. MANTENER EL CONSUMO DE ALIMENTOS RICOS EN FIBRA COMO CEREALES Y LEGUMINOSAS

Su valor está en su contenido en carotenoides, vitaminas C y E. Recomendación: Entre 600 y 800 gramos diarios de leguminosas, cereales integrales y viandas.

Las dietas ricas en cereales integrales y en leguminosas reducen el riesgo de cáncer de estómago y colon.
4. LIMITAR EL CONSUMO DE CARNES ROJAS Y ALIMENTOS DE ORIGEN ANIMAL: especialmente los de alto contenido graso.

Recomendación: Consumir menos de 80 gramos diarios para que el aporte de calorías aportadas por ellas no supere el 10 % del total.

Las dietas que contienen elevadas cantidades de carne roja o basadas en productos elaborados a partir de ellas, incrementan el riesgo de cáncer de colon y en algunos casos se asocian también con cáncer de páncreas, próstata, mama y riñón.

El asado de alimentos ricos en proteínas, en particular la carne roja contribuye a la formación de derivados de piridinas y carbonilos, sustancias que favorecen el cáncer.

Las proteínas vegetales tienen un efecto beneficioso sobre la salud que no tiene la proteína animal. No contienen colesterol y las grasas que se encuentran en ellas son insaturadas. Tienen mayor contenido de minerales. Son más fáciles de digerir y con ello su metabolismo es menos tóxico. Contienen fibra alimentaria. Todas estas características las convierte en alimentos que pueden prevenir el cáncer. Aunque tienen deficiencia en algún aminoácido una combinación acertada de ellas logra que sean alcanzadas los requerimientos diarios de proteínas para una buena salud. La mezcla de leguminosas con cereales, como por ejemplo el arroz con frijoles puede ser una buena opción.

5. REDUCIR EL CONSUMO DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS Y DEJAR DE FUMAR TOTALMENTE

A pesar de encontrarse incorporado dentro de costumbres y culturas, el alcohol constituye un tema polémico actual. Durante épocas se incluyó dentro de las recomendaciones diarias de calorías, criterio que fue descalificado por generar energías vacías. En cambio hoy se reconocen sus múltiples efectos tóxicos. Se considera uno de los mayores factores de riesgo para cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, estómago e hígado. Afecta la mucosa del sistema digestivo, impide la absorción adecuada de los alimentos ingeridos, aumenta las necesidades de vitaminas del organismo e incide negativamente en el estado nutricional o inmune del individuo.

El alcohol es un disolvente muy efectivo de sustancias cancerígenas y por eso permite su circulación por todo el organismo, lo que aumenta el riesgo de cáncer.

En el caso de consumirse se recomienda que se limite a dos copas o menos por día en los hombres, y a una copa o menos por día en la mujer.

En el caso del vino por sus probados efectos protectores se recomienda que se limite a una o dos copas al día.

El tabaco es la principal causa de muerte evitable en el mundo y cobra la vida de casi cinco millones de personas al año. Es el único producto legal que causa la muerte de la mitad de sus consumidores habituales. Esta adicción es causa conocida del 30% de los fallecimientos por cánceres de pulmón, tráquea, bronquios, cavidad oral, esófago, páncreas y laringe, entre otras y se ha asociado a muchos otros tipos de neoplasias, como las que afectan al cuello del útero o el riñón.

Además de la nicotina, el humo de tabaco contiene más de 4000 compuestos químicos y alrededor de 60 de esas sustancias han demostrado ser cancerígenas como el alquitrán, y otras son tóxicas como el monóxido de carbono.

Por eso se considera el tabaquismo como uno de los principales factores de riesgo para el cáncer de pulmón en primer lugar pero además para otros tipos como el cérvico uterino, el de mama y otros.

6. EVITAR EL CONSUMO DE ALIMENTOS AHUMADOS, SALADOS Y COCINADOS DIRECTAMENTE AL FUEGO O HUMO

Los alimentos ahumados pueden contener hidrocarburos policíclicos aromáticos que pueden ser carcinogénicos. La cocción directa produce aminas aromáticas, sustancias que pueden ser también carcinogénicas. En la superficie de todas las carnes ahumadas se acumulan hidrocarburos como el benzopireno, un reconocido cancerígeno.

7. EVITAR LA INGESTIÓN DE ALIMENTOS DEMASIADO CALIENTES O FRÍOS

Ellos pueden ser irritantes para las mucosas.

8. MANTENER HÁBITOS REGULARES DE COMIDAS: en cantidad y horarios a lo largo del día y de la vida.

9. INGERIR SUFICIENTE LÍQUIDO: a lo largo de todo el día.
10. LIMITAR EL USO DE LA SAL COMO CONDIMENTO

La sal puede irritar las mucosas y provocar cambios en ellas como la disminución de la acidez, modificaciones de la flora residente y la producción de sustancias carcinogénicas.

Los hábitos saludables tienen la llave para prevenir el cáncer. Hasta dos tercios de todos los tipos de cáncer se pueden prevenir y la clave está en estos 10 pasos.

Seguir esas pautas: dieta equilibrada con abundante consumo de frutas y vegetales, con bajo consumo de carne roja y grasas de origen animal, evitando la sal y los alimentos curados o ahumados, eliminando el tabaquismo y bebiendo poco alcohol, es la clave para alejar todos los tipos de cáncer en más de un 30%.

Cambios en los hábitos intestinales o urinarios,
Una úlcera que no cicatriza,
Indigestión permanente o dificultad al deglutir,
Descargas de líquidos o sangrado anormal,
Alteración o cambios en un lunar o verruga,
Dolor toráxico, tos o disfonía (ronquera) persistentes,
O la presencia de un engrosamiento o bolita en el cuerpo

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